A 38 KM (Y 3686 METROS DE ALTURA) DE ATE RRIZAR EN BsAs
Era tal vez…
el duelo de una nariz contra otra
lo que me hacía llorar al recordarte.
Una pequeña pieza en la mente
que salva
todo tu cuerpo de la desesperación.
Sea el verbo una huida.
¿Se saciará la lágrima tierna
—tal vez la caricia del error—
o aparecerás
tras las esquinas de esta ciudad
perpetuando tu latido en mi sien,
arrullo exquisito y perdido?
El arte de las bestias
—las bestias hermosas de la revolución—
¿dónde la medalla por el perfecto salto
al abismo de nosotr_s?
Un fervor a tus manos de infancia de pianos
aterrizando esta nueva tierra:
el sur de la gigantesca América.
BIBLIOTECA-CAFÉ
Una desesperación blanca
toca su vida sin historia.
¿Y a quién podrá culpar mañana?
Dime.
Siguen volando cerdos de colores.
Y dime dónde
un intento de recuerdo en la lengua seca.
Patinan por el infinito
los deseos de los niños
y el valor de sus padres.
Mi cabeza bajo el pecho late desubicada.
Pequeño mar de cristal,
guárdate de mis ruegos.
Dulces relámpagos de orquídeas,
ejércitos de caderas salvándome la vida,
percusiones profundas,
ceniza en el pelo
resto y parte de los llamados incendiados.