LOS RELOJES
Era otra la era
y yo era la que quería ser.
No necesitaba del reloj
ni este de mí.
Sueña
somos dueños de la nada.
Reina de mi cuerpo
todo me duele
no hay edad
vanidad ni ego.
Flota en mí la espuma de un delirio.
De cuando en cuando
corazonadas
dudas y silbidos.
Entonces
me sirvo un vino
y abro un libro.
H20
A veces lo mejor
es oírte hablándome en otro idioma
imaginar que las palabras
son gotas suspendidas
y me alcanzan siempre en el aire
convirtiendo mi agua
en mares de significado
hacer y deshacer puentes
rompiéndome al vuelo
para aterrizar en tu cuerpo
y armarme de nuevo
fluir
libre
soy como el agua
infinita
millonaria
provengo de un legado de tierras y tiempo
caído del cielo me das océanos
lágrimas ríos o polos
vivimos en formas distintas
yo sólida como el hielo
tú volátil como el gas
soy inexplicable
puedo estar congelada
y romper a hervir en segundos
navego por tu sangre
y tú vences mi gravedad
trepando por las ventanas
nutres cuerpo planeta y universo
soy dos veces nube y una vez tormenta
me gustan más los rayos que las estrellas fugaces
PROHIBIDO ADELANTAR
Paseaba por un bosque encantado,
bajo una bóveda de pinos, abetos y cipreses.
Entre pájaros, arpas y musgo,
olvidé por un instante que era hombre.
No vi el camino.
Lo crucé sin ojos, lo pisé sin pies.
Cuando volví a mi cuerpo, ya era tarde.
La realidad me había atropellado.
Me guillotinó
la línea continua de la carretera.