AMANECER
Amanecer, anochecer
Cuando el sol despunta el alba,
todo está frío, oscuro, vacío.
Nadie quiere salir de casa,
todos permanecemos dormidos.
Hay que levantarse, cambiar.
¿Dejar de soñar? No, jamás.
Coge tu sueño, hazlo una pieza,
y tráelo a esta realidad.
Los comienzos nunca fueron fáciles,
pero de alguna manera hay que empezar,
la mejor manera no es solo la «perfecta»,
si no la que nosotros sentimos de verdad.
Lo que quiero, lo hago,
si hay algo que no me gusta, lo digo,
si no estamos de acuerdo, lo hablamos,
y aunque a veces me canse de todo esto,
yo sigo.
En cuanto más haces más quieres hacer,
es como la historia de nunca acabar:
cuando te das cuenta, ya estás dentro,
¿y ahora, quién te sacará de esta espiral?
Nunca es suficiente, nunca insuficiente,
¿cuándo es necesariamente mejor?
Nada es suficiente, nada es deficiente,
¿cuándo paro?, ¿cuándo llego?,
si ya no tengo reloj.
El ritmo de mi vida no cambia, creo,
que todos los días parecen igual,
quiero dar más de mí, pero ya no puedo,
y así, poco a poco, me acerco al final.
¿Qué habrá más allá de aquel horizonte?
¿Qué es lo que me hará de nuevo cambiar?
¿Qué será lo siguiente que afronte?
Quiero ser, lo que hoy me hizo empezar.
Querer, querer, no es querer.
Poder, poder, no es poder.
Querer seguir es combatir.
Poder sentir, estar aquí, es vivir.
Cuando anochece, y se oscurece el mundo,
es buen momento para dejarlo todo atrás,
empezar de cero, cambiar de rumbo.
Mañana lo vamos a volver a intentar.
Respuesta I
Sabías a dónde quería llegar,
pero quería llegar otra vez tarde.
Resolución
No es que no quiera a nadie,
es que ya no recuerdo como querer;
he sonreído demasiadas veces
y ya no sé cuándo merece la pena.
Las puertas de mi casa
siempre han estado abiertas
pero nadie entra porque saben
el desastre que se van a encontrar.
Y no es que no quiera salir,
que también,
es que he pasado tanto tiempo fuera
que me había olvidado
que es lo que tenía dentro.
Me veía aguamarina,
me veía en ruina,
me veía en 2D.
Como que no era
lo suficientemente profundo,